La isla de Pellestrina se distingue por su paisaje naturalista. En particular, la zona de Ca’ Roman, en la parte meridional, encierra un oasis natural protegido por la LIPU. Tratándose de un ambiente de vegetación mediterránea, en los períodos de nidificación es posible observar la eclosión de los huevos de algunas especies de pájaros migratorios.

Pellestrina es un lugar lleno de encanto y rico en antiguas culturas ligadas a una tierra de pescadores y encajeras; las mujeres de Pellestrina con los encajes de tómbolo son hijas de una larga tradición que se mantiene desde hace siglos tanto que Carlos Goldoni las presentaba a menudo en sus comedias.

En el siglo V nació, en la parte septentrional de la isla, la ciudad de Albiola, situada donde se encuentra ahora S. Pietro in Volta; fue un importante centro lagunero y, según la leyenda, fue habitada por pueblos provenientes de Padua y el Este. En 1380, la isla y sus habitantes, los pellestrinotti, se distinguieron durante la guerra de Chioggia que, combatida contra Génova, fue ganada por los venecianos. En la zona de Vinello, el arquitecto Tiralli construyó, entre 1718 y 1726, el Templo de la Aparición y el antiguo convento de San Vito y San Modesto.

En 1744 se inició la construcción de una obra decisiva para la defensa de Venecia y de sus riberas de las aguas del mar: se puso la primera piedra de los “murazzi”.

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