Palacio Ducal.

Sala del Maggior Consiglio
buscar | mapa
| home
ita | fra | eng | esp
contáctanos | copyright

Temas relacionados

no schede

Galería de vídeos

No video

Galería de foto

immagine didascalia

Palacio Ducal.


immagine didascalia

Sala del Maggior Consiglio


no map

Recibimientos y banquetes

A pesar de que no faltase la riqueza alimentaria, en el siglo XVI, Venecia no había todavía desarrollado la gastronomía que en breve la habría convertido en famosa. Sin embargo, la forma y la solemnidad eran de todas formas importantes, de tal manera que el dux pagaba de su propio bolsillo hasta cinco banquetes solemnes al año: en la sala del Consejo Mayor, el espectáculo más admirado era precisamente aquel de la disposición de la mesa, a la que se sentaban por derecho los miembros del gobierno, el nuncio apostólico y el embajador de Francia. Sobre preciosas puntillas venecianas deslumbraban el vidrio de Murano y la vajilla de plata labrada, entre la abundancia de peladillas y confitados. A grupos de nobles, con el rostro escondido detrás de la bauta, se les admitía a asistir al banquete hasta el segundo plato. Los gobiernos venecianos de la época, organizaban con frecuencia celebraciones en honor de personalidades extranjeras, que culminaban generalmente con grandiosos recibimientos y banquetes. Por el cuidado de los detalles transmitidos por las crónicas de la época, describiremos uno como ejemplo: en 1754, cuando Enrique III de Francia, hijo un poco extravagante de Catalina de Médici, decidió pasar una semana en Venecia avisando con poquísima antelación, la Serenísima, a pesar de su tradicional sobriedad, no miró en gastos. Era el mes de julio y se organizaron en poco tiempo excursiones sobre el Bucintoro, engalanado de fiesta y con una fabulosa regata nocturna a la que el rey de Francia asistió desde el balcón del palacio Foscari, mientras las embarcaciones iluminadas le rendían homenaje deslizándose por el canal. En la isla del Lido, el extravagante rey Enrique cantó el “Te Deum” bajo un arco triunfal diseñado por Palladio y decorado por Tintoretto y Veronese. Los festejos culminaron el domingo con un gran banquete ofrecido en el Palacio Ducal, en la sala del Consejo Mayor, donde Enrique III fue acogido por las doscientas más bellas patricias de Venecia vestidas de blanco y cubiertas con las mejores joyas. La mesa se presentaba adornada con esculturas de azúcar proyectadas por Sansovino: había dos leones, una reina a caballo entre dos tigres y David y San Marcos entre imágenes de reyes y papas, animales, plantas y frutas. También de azúcar eran el mantel, el pan, los platos y los cubiertos. Durante el siglo XVIII, a pesar de la crisis económica y política que la aquejó, fue cuando Venecia conoció el apogeo en cuanto a fiestas y banquetes. En aquel período, siguiendo la moda de la cocina francesa con nuevas elaboraciones según los gustos y productos locales, nacía entre otras cosas la gastronomía véneta y veneciana en concreto, la única cocina innovadora en el panorama del siglo XVIII italiano.

1500 - - rev. 0.1.8

[-A] [+A]

Venecia y sus lagunas

Patrimonio de la Humanidad, diálogo entre culturas, ¿cuál es su futuro?

credits | help