Los palacios privados más antiguos aún existentes, se remontan al siglo XIII y reflejan la influencia arquitectónica bizantina. Éstos presentan una fachada revocada de forma uniforme o con ladrillos a cara vista, y altos arcos de medio punto, frecuentemente enmarcados por sutiles franjas decorativas con motivos simples como hojas o palmeras. Sus fachadas se reconocen por el pórtico en la planta baja y por las galerías con arcadas abiertas que corren por todo lo largo del primer piso. A veces estas fachadas tan antiguas están decoradas con las pàtere.

Ejemplo típico de este estilo es el Palacio Loredan, hoy sede del Instituto Véneto de Ciencias, Letras y Artes, con un elegante pórtico en la planta baja y una logia en el primer piso, otra característica de los palacios bizantinos del siglo XIII, con bajorrelieves empotrados en la fachada que representan el blasón del propietario y el león de San Marcos.

También el Fondaco de los Turcos, aunque restaurado radicalmente durante el siglo XIX, cuya construcción se remonta a 1225, presenta una arcada típica del estilo y la fachada decorada con algunos Tondi.

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