Para el desarrollo de un comercio provechoso y de una economía cada vez más floreciente, Venecia no se sirvió solamente del trabajo de los Venecianos, sino también del de los extranjeros establecidos en la comunidad. Estos a veces hacían de intermediarios en los negocios, más frecuentemente de intérpretes.

Era convencimiento popular que Venecia acogiese a todos los extranjeros. En la realidad, la ciudad lagunar reservaba un tratamiento mejor en especial a las personas que le servían para incrementar sus actividades comerciales. La ciudad estaba por lo tanto llena de extranjeros, es suficiente pensar que en 1500 el 15% de la población no era véneta, una auténtica anomalía respecto a los otros estados europeos. Para los extranjeros en Venecia, sobre todo para los procedentes de los países mediterráneos, las leyes eran más severas y las tasas mucho más altos respecto a las impuestas a los Venecianos. A pesar de esto, a estas personas se les garantizaba un recibimiento que tutelaba también a sus bienes, y les permitía construir lugares de culto, escuelas, casas y hospicios.

A medida que el número de estos inmigrantes aumentaba, se iban formando auténticas comunidades que gradualmente se integraban en la sociedad.

A estas comunidades, la Serenísima destinó algunos edificios con fin comercial y residencial al mismo tiempo, que se asomaban al agua: los fondachi o fonteghi en veneciano. En un mismo fondaco vivían varios comerciantes de la misma comunidad, a los que la República alquilaba un apartamento para alojarse, almacenes para las mercancías y oficinas en función del prestigio de la persona y de sus posibilidades económicas.

Las comunidades extranjeras venecianas se podían dividir en dos tipos:

- Comunidades extranjeras fluctuantes, que permanecían en los fodachi a lo largo del Canal Grande, por un período más o menos amplio según los negocios a realizar y después volvían a sus países, como sobre todo sucedía con los árabes, alemanes, persas y turcos.

- Comunidades extranjeras establecidas, que se trasladaban a Venecia por razones políticas o de culto como los judíos, griegos, armenios y los Schiavoni. Estas últimas comunidades tuvieron mucha influencia en la vida de los Venecianos, de tal manera que éstos adquirieron algunas de sus características culturales.

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