Fondaco dei Tedeschi.

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San Bartolomeo en el campo homónimo.
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Los Alemanes en Venecia

Algunas fuentes documentales atestiguan que ya en la primera mitad del siglo XIII, la minoría alemana en Venecia era una comunidad cuyo núcleo principal estaba representado por los mercaderes presentes en Rialto en el Fondaco o Fontego de los Alemanes , donde los extranjeros procedentes del centro y norte de Europa eran acogidos y hospedados, pero también controlados y limitados en el ejercicio de su actividad comercial. En el siglo XIII, la comunidad contaba con un millar de personas que con el tiempo crecieron hasta representar, junto con los Eslavos y los Griegos, uno de los grupos extranjeros más numerosos de Venecia.

Sin embargo, los Alemanes, al contrario de lo que sucedía en otros grupos y con excepción de unos pocos, no querían o no necesitaban adquirir la ciudadanía veneciana, debido a que ya recibían muchos privilegios, sobre todo de carácter fiscal.

La presencia del Fondaco de los Alemanes está documentada desde 1222, año en el que el Estado Veneciano adquirió de la familia Zusto el área sobre la que fue construido. Su nacimiento se debió al notable aumento de los comercios entre Venecia y el Imperio romano-germánico, que se verificó en la segunda mitad del siglo XII, y en concreto por la importanción de metales preciosos como oro, plata y cobre de los paises alemanes, especialmente por parte de los mercaderes de Viena.

Es necesario especificar que con el término “alemanes” se solía, en aquella época, indicar de forma general a las poblaciones procedentes del norte de Europa, de hecho, entre los mercaderes que operaban en el Fondaco había también húngaros, flamencos y austríacos.

- El [Fondaco] nació como estructura pública que inicialmente no dependía de la administración estatal sino de arrendatarios privados que ingresaban cada año al estado una suma prefijada. Desde 1268, el gobierno veneciano tomó el control directo a través de la institución de una específica magistratura de tres miembros, los llamados Visdomini del Fondaco. Desde entonces el Estado Veneciano transformó el fondaco en una formidable máquina de recaudación fiscal, control comercial y observatorio político.

Parece que los Venecianos hayan utilizado como modelo de inspiración del Fondaco de los Alemanes a los correspondientes fondacos ya existentes en Bizancio y en los países islámicos, pero con la gran diferencia de que los Venecianos tenían en aquellos países el privilegio garantizado por los soberanos del lugar para disponer de sus fondaco y de regular la administración a su voluntad, mientras a los Alemanes no se les concedía derechos similares en Venecia. Sólo desde 1500 se les concedió a los mercaderes una limitada administración propia dentro del Fondaco.

La estructura del fondaco fue destruida y reconstruida después de dos incendios en 1318 y en 1505. El suntuoso edificio renacentista, presente hoy en Venecia, es el fruto de la reconstrucción después del incendio de 1505, realizada en sólo tres años y financiada por el Senado Veneciano. Edificado por el arquitecto Scarpagnino tiene en el interior un amplio patio, hoy cubierto, al que se asoman tres niveles de galerías. La fachada, con cornisas almenadas y con pórtico en la planta baja, estaba originariamente decorada con frescos de Giorgione y Ticiano.

La grande y compleja estructura del fondaco, que servía de aduana, depósito, emporio, comedor y albergue, acogía permanentemente entre los 100 y los 120 mercaderes alemanes con sus bienes además de un notable número de trabajadores del comercio como embaladores, mozos, cocineros, etc. Después de la reforma luterana , se puso también a disposición de los huéspedes un sacerdote de culto protestante.

El fondaco era la única y obligatoria sede de cualquier tipo de transacción comercial, y trámite la intermediación legal de los messeri o sensali, se registraban y pasaban por la aduana las mercancías importadas a Venecia y las destinadas a la exportación. Se establecía así la ley en la que se indicaba el Fondaco como único lugar para las transacciones comerciales y la relativa prohibición del comercio exterior para los mercaderes alemanes, de tal forma que se prohibía también a los barqueros venecianos de llevar a los mercaderes alemanes a cualquier otro lugar.

- El sistema de intercambios preveía que Venecia reenviase más allá de los Alpes, todas las mercancías adquiridas en Oriente y los preciados elaborados locales como especias y drogas de todo género, pimienta, azúcar, vino griego, vidrio de Murano, terciopelo, encajes, etc., y que importase pieles, lana, elaborados en cuero, objetos de cuerno y sobre todo aleaciones y metales preciosos procedentes de las minas alemanas. Otro apartado no menos importante para la economía de intercambio entre Venecia y los países del centro y del norte de Europa, era el control de las peregrinaciones en Tierra Santa. Fue de esta forma que ya antes del siglo XV, el volumen de negocios aumento tanto que se eligió Venecia como capital comercial de Europa, con la zona de Rialto como corazón de los comercios. Cuidadosamente protegido y vigilado, es en esta situación que el Fondaco de los Alemanes tuvo su protagonismo.

Los Alemanes, a diferencia de otras comunidades, no residían agrupados en una zona específica de Venecia sino que se encontraban en cada barrio y parroquia, mezclados tanto con los Venecianos y con los forasteros presentes, como fácilmente identificables gracias a su habilidad en algunos oficios como la elaboración de la lana, la imprenta o la medicina. Sólo los pequeños artesanos como panaderos, herreros, sastres y zapateros, para hacer más funcional los servicios diarios a los mercaderes connacionales, comenzaron a situarse con casa y taller alrededor de la zona del Fondaco.

Los alemanes de Venecia fueron además los primeros a intentar describir y testimoniar la geografía urbana de la ciudad a través de pequeñas y reproducibles representaciones sobre tablas xilográficas, grabadas en cobre o acero.

Algunas fuentes atestiguan que los Alemanes presentes en Venecia desde más tiempo eran los procedentes de la zona de los Alpes Orientales hasta Viena, de Polonia, Hungría y Bohemia. Más tarde, se les unieron representantes del eje del Rin (la gran región virtual que abarca desde Basilea a Estrasburgo y hasta los Países Bajos).

La comunidad alemana, cada vez más integrada, adquirió en 1383 un terreno cerca del convento de San Esteban con la intención de construir un cementerio. Los alemanes fueron también propietarios de albergues y tabernas en las que acogían a sus connacionales de paso desde el norte. En 1504 obtuvieron como comunidad la autorización para la fundación de una Scuola en honor de la Virgen del Rosario, instituida en la Iglesia de San Bartolomeo, entre el puente de Rialto y el Fondaco.


1100 - 1200 - - rev. 0.1.16

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